La Visita de la vieja Dama es un grotesco escrito en
el año 1956 por Friedrich Dürrenmatt. El
grotesco es un género que aparece en el teatro en el siglo XIX, se caracteriza
por la mezcla y por no definir los límites entre los mundos, entre lo animal y
lo vegetal, entre lo humano y la máquina. Su mayor cualidad es tratar de hacer coincidir
la máscara social y el rostro actual simultáneamente. Asimismo basa sus
conflictos en la falta de dinero. Por otra parte, el grotesco es una mezcla de
la comedia y la tragedia. Este tiene la característica del héroe y la aceptación
del destino de la tragedia y la risa de la comedia. Pero mientras que esta es
una risa hacia el personaje o con el personaje, en el grotesco se utiliza para
poner en crisis situaciones que pueden ocurrirle a las persona en la vida real
que si reaccionaran de a misma manera no sería “moralmente correcto”
Esta obra
trata de un pueblo en la ruina que esperaba ansioso la llegada de Clarie
Zachanassian, una vieja millonaria que vivía allí en su juventud. Todo parece
bien cuando ella llega hasta que promete darles mil millones para que salgan de
la quiebra con la condición de que ellos deben asesinar a Alfred Ill. Durante
el resto de la obra se ve a los pueblerinos con la máscara social debatiendo lo
que se debe hacer al respecto.
Uno de los
principales objetos en el grotesco es esta mascara social que utilizan los
personajes intentando ser alguien que no son o para ocultar sus verdades o
demonios. Esto está claramente plasmado en La
visita de la vieja Dama cuando, después de saber la oferta de dinero, todos
los personajes le prometen a Ill que lo cuidaran mientras aumentan sus gastos y
le piden que los anote en su cuenta, como aceptando que alguien lo va a matar y
el dinero les llegara. Solo hay dos personajes que se quitan la máscara. El
pastor, cuando le dice que huya ya que pretendían traicionarlo y el maestro
cuando esta ebrio.
“EL PASTOR: (se arroja
sobre Ill y lo abraza) ¡Huya! ¡Cristianos y paganos, todos somos débiles! ¡Huya!
La campana ha sonado en Güllen,
la campana de la traición. ¡Huya! No nos haga caer en la tentación quedándose.”
[…]
“SEÑORA ILL: Esta borracho, señor maestro. ¡Debería
avergonzarse!
EL MAESTRO: ¿Avergonzarme? ¡Tú deberías avergonzarte, mujer,
pues te preparas para traicionar a tu marido!”
Otro de los objetos del grotesco es la oposición
entre individuo y la masa, se ve en la obra ya que es claro que cuando los
personajes están solos, como individuos, no se animan a hacerle frente a Ill y
prometen cuidarlo, pero cuando están juntos, se vuelven una masa imparable y no
importa qué tipo de atrocidades cometan ya que van a estar respaldados unos por
los otros.
“ILL: ¿Por
qué os agolpáis a mi alrededor?
EL ALCALDE: No nos agolpamos a su alrededor.
ILL: ¡Dejadme pasar!
EL MAESTRO: Pero si le estamos dando paso.
[…]
EL POLICIA: ¡Qué tontería! No tiene nada más
que subir al tren para ver que eso es un disparate.
ILL: ¡Apartaos!
(Nadie se mueve.
Algunos tienen las manos en los bolsillos)”
En esta cita puede verse tanto la máscara social como la masificación
de los individuos.
También la masificación
de los personajes es clave cuando son nombrados a lo largo de la obra por su
rol en la sociedad, como si funcionaran entre todos pero no por separado y su
individualidad fuera completamente irrelevante, tanto para la historia como
para su “vida cotidiana”. Esto corre igualmente para los espectadores, haciéndoles
preguntarse si son más que su oficio o si dejan que este los defina.
Usualmente
una de las características del grotesco es la mezcla entre lo humano y lo
animal. En la obra se ve caracterizado cuando, en el momento que Clarie llega a
Güllen y le recuerda a Ill
la forma en que solía llamarlo en su juventud, “Pantera Negra”. Sin embargo,
luego de que ella ofrezca el dinero enuncia que se le perdió su mascota, una
pantera negra, que debe ser cazada por el bienestar del pueblo.
Otro elemento fundamental es la mezcla entre
lo humano y lo objeto. Muy caracterizado en los “ayudantes” de Clarie
Zachanassian y su marido. Ella utiliza a Toby y Roby como su medio de
transporte. Por otra parte, también se ve la transformación en objeto cuando,
durante los paseos por el bosque, los ciudadanos pasan a ser parte de la escenografía.
“CIUDADANO
PRIMERO: Somos abetos, pinos, hayas.
CIUDADANO SEGUNDO: Somos abetos verde oscuro.
CIUDADANO TERCERO: Musgo y liquen, densa
hiedra.
CIUDADANO CUARTO: Monte bajo, guarida de
zorros.
CIUDADANO PRIMERO: Nubes de paso, reclamos de
aves.
CIUDADANO SEGUNDO: Autentica selva germánica.
CIUDADANO TERCERO: orondas falsas, tímidos corzos.
CIUDADANO CUARTO: susurro de ramas, viejos
sueños”
Otro
personaje que sufre la cosificación por parte de Clarie es su marido, al que
cambia tres veces a lo largo de la obra como si fuera un par de zapatos. Ella
lo elige según su profesión o su fortuna.
En síntesis, a lo largo de la obra pueden
verse diversas mezclas características del grotesco. Estas ponen en crisis a
los espectadores ya que cuestionan el orden existente de las cosas y del mundo.También pone en crisis la identificación con
los personajes, ya que sus acciones y actitudes son reales a pesar de exageradas, lo que nos hacen preguntarnos qué haríamos si
estuviéramos en su lugar. Las respuestas pueden llegar a ser aterradoras.