domingo, 18 de mayo de 2014

La Fotografía. -Cuento Realista


“Aun lo recuerdo, nos estábamos trasladando de una hooverville, tras la pérdida de trabajo de mi madre. Por cada población con una situación económica un poco mejor a la nuestra que pasamos los niños nos gritaban cosas horribles.
            “Unos días después de mi cumpleaños de cuatro, mi madre nos había conseguido un pequeño pedazo de barra de chocolate.  Mientras lo repartíamos entre mis 6 hermanos, una mujer, que se veía que estaba en una buena situación económica, se acercó a nosotros, detrás de ella se encontraba su marido, quien llevaba una cámara fotográfica típica  de esa época. Lo único que supe hacer, en ese instante, fue entrar en pánico, odiaba que la gente nos viera.
             “La mujer se limitó a hablar con mi madre, decía cosas sobre fotografiarnos y que una asociación llamada “Resettlement Administration” nos ayudaría a salir de la crisis, pero que nosotros teníamos que ayudarlos a ellos también, dejando que nos una foto.
“Recuerdo que con mis hermanos nos negamos rotundamente a pasar tal vergüenza y decidimos, tras un cruce de miradas, salir corriendo y escondernos entre los pastizales del terreno baldío. Llevábamos viviendo en esa hooverville cinco meses, y el terreno baldío era uno de los pocos lugares en donde nos podíamos entretener, así que nos lo sabíamos de memoria. Estuvimos escondidos hasta que los gritos de madre sobresaltaron a todos, los mayores salían de su escondite primero, ya que sabían que las consecuencias serían peores si tardaban o ella era la que los hacía salir a rastras.
“Cuando finalmente me encontró. Florence, mi madre, me regaño con tanta fuerza que parecía que le iba a explotar una vena en el cuello.  Como castigo, mi hermana pequeña y yo tendríamos que aparecer en la foto. nos dejó taparnos la cara pero, tendríamos que aparecer en la foto.
“Como Lange, la fotógrafa, prometió, con la “Resettlement Administration” y el presidente  logramos salir un poco de esa crisis.”
     ¿Así que la niña de la izquierda eres tú, nana Katherine?—cuestionó Amy.
     Tal y como me ves— conteste. ahora con 77 años.
            — ¿Por eso es que nos dices siempre que debemos ahorrar  lo más que podamos, para que, si vuelve a haber una situación como esa en nuestro país, estemos preparados?—preguntó el pequeño Henry.
     Exactamente por eso, cariño.
            Actualmente trabajo para esta familia limpiando su hogar desde que nació Henryya hace alrededor de seis o siete años.  Ya podría decirse que son como unos nietos para mí.

            —Así que recuerden, pequeños, ahorren constantemente y no se burlen de los menos afortunados. Ustedes podrían estar en su situación en cualquier momento.