“Aun lo
recuerdo, nos estábamos trasladando de una hooverville, tras la pérdida de
trabajo de mi madre. Por cada población con una situación económica un poco
mejor a la nuestra que pasamos los niños nos gritaban cosas horribles.
“Unos días después de mi cumpleaños
de cuatro, mi madre nos había conseguido un pequeño pedazo de barra de
chocolate. Mientras lo repartíamos entre
mis 6 hermanos, una mujer, que se veía que estaba en una buena situación
económica, se acercó a nosotros, detrás de ella se encontraba su marido, quien llevaba
una cámara fotográfica típica de esa época.
Lo único que supe hacer, en ese instante, fue entrar en pánico, odiaba que la
gente nos viera.
“La mujer se limitó a hablar con mi madre,
decía cosas sobre fotografiarnos y que una asociación llamada “Resettlement
Administration” nos ayudaría a salir de la crisis, pero que nosotros teníamos
que ayudarlos a ellos también, dejando que nos una foto.
“Recuerdo
que con mis hermanos nos negamos rotundamente a pasar tal vergüenza y
decidimos, tras un cruce de miradas, salir corriendo y escondernos entre los
pastizales del terreno baldío. Llevábamos viviendo en esa hooverville cinco
meses, y el terreno baldío era uno de los pocos lugares en donde nos podíamos
entretener, así que nos lo sabíamos de memoria. Estuvimos escondidos hasta que
los gritos de madre sobresaltaron a todos, los mayores salían de su escondite
primero, ya que sabían que las consecuencias serían peores si tardaban o ella
era la que los hacía salir a rastras.
“Cuando
finalmente me encontró. Florence, mi madre, me regaño con tanta fuerza que
parecía que le iba a explotar una vena en el cuello. Como castigo, mi hermana pequeña y yo tendríamos
que aparecer en la foto. nos dejó taparnos la cara pero, tendríamos que
aparecer en la foto.
“Como
Lange, la fotógrafa, prometió, con la “Resettlement Administration” y el
presidente logramos salir un poco de esa
crisis.”
— ¿Así que la niña
de la izquierda eres tú, nana Katherine?—cuestionó Amy.
— Tal y
como me ves— conteste. ahora con 77 años.
— ¿Por eso es que
nos dices siempre que debemos ahorrar lo
más que podamos, para que, si vuelve a haber una situación como esa en nuestro
país, estemos preparados?—preguntó el pequeño Henry.
— Exactamente
por eso, cariño.
Actualmente trabajo para esta
familia limpiando su hogar desde que nació Henryya hace alrededor de seis o
siete años. Ya podría decirse que son
como unos nietos para mí.
—Así
que recuerden, pequeños, ahorren constantemente y no se burlen de los menos
afortunados. Ustedes podrían estar en su situación en cualquier momento.